La ignorancia que hay y se fomenta en el mundo acepta, y socialmente moldea como
realidad, el conflicto, la violencia y el maltrato en las relaciones.
Las relaciones entre personas, es una de las cinco circunstancias (personas,lugares,cosas,tiempo y sucesos) en las que se desarrollan nuestras experiencias, y que fueron nuestra elección.
Los conflictos en las relaciones se presentan como el llamado del alma a vivir esa experiencia que es correspondiente con nuestra evolución. Generar nuevas emociones, a partir de nuevas percepciones, desde nuestra maravillosa esencia creadora, crea una nueva actitud. Es solo a partir del surgimiento de una nueva actitud, que se modifican los antiguos códigos lingüísticos del ADN y los procesos químicos del cuerpo, los cuales están allí para ser transmutados o redimidos.
El propósito noble de las relaciones conflictivas, es hacer que se apague el viejo sistema neuronal que sostiene la emoción antigua y se encienda un nuevo sistema neuronal a partir del enfoque de pensamiento. Esta majestuosa alquimia, se logra cuando aprendemos a entrenar nuestro cerebro desde la serena observación de la emoción y de manera noble, consciente y responsable, asumimos proteger al otro, del efecto que pueda llegar a causar la emoción que nos embarga.
Esta nueva actitud que se crea, es individual y no tiene la expectativa de la reciprocidad. Es una hermosa manifestación de amor propio que se expresa como reflejo en la relación con el otro.
Si de manera natural esta actitud fluye en reciprocidad, se convierte en una poderosa estrategia que hace más trascendente la relación, corriendo velos de ignorancia reciclada y generando un nuevo paradigma en las relaciones.
Cuando no ocurre de forma natural y recíproca, es el claro indicador que la experiencia ya no es necesaria. Asumir la determinación de alejarse con amor compasivo y sin ruido, es sabiduría.
“ESTOY CONSCIENTE EN TODO MOMENTO DE PROTEGERTE A TI, DE MIS EMOCIONES”
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